Estabamos viviendo un sueño,
eramos lo que cualquier chica de nuestra edad
queria ser: unas super estrellas, tener un
romance con el chico que todas desean.
Aquella noche, aquella MALDITA noche.
Lo admito, lo hice a propósito, no diré
que lo hice contra mi voluntad ni me haré
la mosquita muerta, cómo odio eso.
Me drogé, ahora no puedo dejarlo.
Es inevitable para mi esa sensación que
solamente la droga puede otorgarme...
oh, solamente hubiera bastado y nada
de esto habria pasado...nada.
Increíble como un simple "si" o un "no"
pueden cambiar tu historia completamente.
Creo que lo peor fué no pensarlo, todo por
creerme genial ante los demás, que tonta
e infantil fuí.
Contaré el momento desde el principio:
Estabamos en la fiesta Oliver, Ben, Igna, otros
chicos y yo. De pronto escucho:
- Eh chicos! llegó lo bueno!
Todos se quedaron sonriendo, Igna y yo nos quedamos
mirando con cara de duda...de pronto habren un papelillo:
- Eh chicos es de la buena! - dijo uno de los chicos-.
En ese momento, Oliver me dijo:
- A que no te atreves
- A que si - dije yo con mirada desafiante-.
- Linna no! - dijo Igna tratando de detenerme- no lo hagas!
Desde ese momento, sentí una especie de felicidad extrema,
veía cosas jamás vistas, y recordaba cosas increibles. En
ese momento supe que no podría dejarla.
No pienses que aqui termina todo,
no pienses que habrá un final feliz...
Esto recién empieza.
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